sábado, 6 de junio de 2015

DESARROLLO COMPARTIDO

Periodo.

Desde 1970 a 1976.

Presidentes De La República.

Luis Echeverría Álvarez.

Contexto Histórico.

1.- Masacre de estudiantes en el asalto conocido como “El halconazo”.
2.-Se reconoce al dólar como referencia del Sistema Monetario Internacional.
3.-Devaluacion del dólar y el peso.
4.-Se produce una crisis financiera internacional.
5.-Inflacion internacional.
6.-Guerra de los seis días entre Israel
y Egipto cosa que aumento el precio del petróleo.

Características Principales.

1.-Petroleo es la principal actividad económica.
2.-Ampliacion del gasto social.
3.-Mejor distribución del ingreso.
4.- Fortalecimiento del sistema de economía mixta.
5.-Aprovechamiento de los recursos naturales.
6.-Participacion del estado en los procesos de producción y distribución de bienes y servicios.

Objetivos.

1.-Acabar con la desigualdad social.
2.-Reanimar la actividad económica.
3.-Aumentar el gasto público.
4.-Buscaba corregir las deficiencias del modelo estabilizador pero sin desecharlo totalmente.

Aspectos Positivos.

1.-Aumento el apoyo del gobierno estatal al sector industrial.
2.-Se estimuló la producción de bienes de capital.
3.-El gobierno mantuvo un crecimiento económico.
4.-Restriccion de pago para el presidente.

Aspectos Negativos.

1.-Mexico entro en recesión.
2.-En 1971 el PIB registro el crecimiento más bajo desde 1959.
3.-Los agentes económicos estaban gastando más de lo que producían.
4.-Revueltas sociales.
5.-Aumento de la deuda externa.

Motivos De Transición.

La inflación y el desempleo habían propiciado el surgimiento de conflictos sociales por lo tanto se tuvo que cambiar el modelo.

“Los sexenios de la crisis (1970-1982)”



México estuvo gobernado, entre 1970 y 1982 por los presidentes priistas Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), que se han denominado como los últimospresidentes populistas (1). 
Su importancia reside en que fue entonces cuando se desarrollaron, simultáneamente dos crisis: una política y otra económica. Ese doble proceso obligó a los puestos dominantes a aceptar las medidas de política económica, puestas en marcha a partir de la Segunda Guerra Mundial, se había vuelto inviable y tenía que modificarse de raíz, sustituido por otra estrategia, denominada “Desarrollo Compartido”.
     Entre los puntos que trataba el Desarrollo Compartido eran:
a) Buscar que creciera la economía, pero con una mejor distribución del ingreso.
b) Reforzar las finanzas públicas y por lo tanto al sector paraestatal (2). c) Reorganizar los intercambios internacionales y reducir la deuda externa.
d) Racionalizar el crecimiento industrial.
     Tras estos planteamientos estaba la intención de que el Estado retomara la iniciativa y que la política económica fuera un instrumento de cambio.
     Más la realidad se impuso sobre los planes de Echeverría y sus cerebros económicos pues,  los excesos cometidos en el gasto público, la corrupción y la ineficiencia, así como la influencia de la crisis internacional contribuyeron al fracaso del Desarrollo Compartido.


Caricatura de Luis Echeverría y su fracaso con el
llamado "Desarrollo Compartido" 


     Durante el gobierno de Echeverría hubo un colapso de economía en el país hacía finales de 1975; ya que se dio una fuga de 2199 millones de dólares de la inversión extranjera. Pero cuando en 1976 estalló la crisis económica, el gobierno de Washington apoyo la negociación entre México y los organismos internacionales para evitar una posible quiebra de la economía mexicana.
     Para enfrentar la situación económica, Echeverría, de acuerdo con su sucesor José López Portillo, negociaron con el Fondo Monetario Internacional (F.M.I.) un convenio llamado cínicamente “Carta de Intencion” que significo el sometimiento de la política económica nacional al esquema diseñado por dicha organización internacional a cambio de créditos para superar la crisis.
     Los puntos principales de esa “carta” establecían puntos para el siguiente gobierno como:
                      -Restricción a los aumentos salariales.
                      -Austeridad en el gasto público.
                      -Aumento en las tarifas de los servicios públicos.
                      -Disminución del Déficit Fiscal.
                      -Restricciones al endeudamiento externo.
     Estas medidas, significaron una camisa de fuerza para José López Portillo, e implicaban una mayor dependencia respecto al extranjero y la disminución de posibilidades del pueblo mexicano para mejorar su situación económica. También no cabía la menor duda de que el sueño del “Milagro Mexicano” había muerto.
     En tanto a los aspectos políticos cuando Luis Echeverría se enfrentaba en una situación con las siguientes características:
     Como consecuencia de la represión de 1968 había una cantidad importante de desaparecidos y presos políticos. La credibilidad de la llamada “Ideología de la Revolución Mexicana”, había sufrido un duro golpe, aunque se había venido desgastando desde los movimientos de trabajadores en 1958.
     El proyecto de Echeverría estuvo determinado por esa situación. Comprendía un esfuerzo por volver a legitimar al partido gobernante subrayando la justicia redistributiva en lo social y lo económico y dando espacio a la izquierda para reactivar la herencia populista de Lázaro Cárdenas.
     También en la primera mitad de su gobierno se crearon instituciones con el INFONAVIT y el FONACOT que son para otorgar créditos para la construcción de viviendas y adquisición de muebles  de los trabajadores.
     Entre los movimientos más importantes, ya sea por la cantidad de trabajadores involucrados o por su economía nacional tenemos las de los ferrocarrileros, electricistas, telefonistas, automotrices y metalúrgicos. Durante el gobierno de Echeverría data el “Sindicalismo Universitario”.
     Durante su gobierno las luchas campesinas volvieron a recobrar una mayor importancia. La crisis agraria fue una de las causas de las crisis económicas en que cayó el país.
     La situación del país durante el inicio del régimen de José López Portillo recibe el país con varios problemas: crisis económica, enfrentamientos con los campesinos, un campo devastado, movimientos sindicales independientes, una clase trabajadora castigada por la crisis y la inflación.
     El nuevo gobierno buscaba equilibrar las finanzas públicas, estabilizar la economía y combatir la inflación. Su proyecto político comenzó con un discurso político moderado y notorias medidas de austeridad y pretendía:
         -Preservar la institución presidencial como estructura ordenada de cambio.
         -Delinear nuevas políticas económicas, recuperar la confianza y reafirmar los valores de México.
         -Organizar a partir y a pesar de la crisis.
         -Promover la alianza popular, nacional y democrática para la producción.
         -Adecuar la política monetaria, la crediticia, la de las utilidades, precios y salarios, la del endeudamiento externo e interno; la cambiaria la de inversión y la del gasto público.
         -Acudir al financiamiento externo en la medida que se requieran los bienes de capital importados.
     López Portillo prometió a los empresarios la “Alianza para la producción” en donde el país entero se dedicaría a la productividad, la buena organización y la austeridad fiscal, sin olvidar las restricciones salariales, todo en nombre del servicio a la “Economía Nacional”. Por tal motivo el presidente comenzó con la aplicación de la estabilización económica impuesta por el F.M.I. a nuestro país para pagar las deudas externas; durante el primer sexenio los precios de los productos crecieron 41.2% absorbiendo el impacto de la devaluación del peso y el aumento salarial.
     Las cosas cambiaron radicalmente, gracias al descubrimiento de ricos yacimientos petroleros en el país en la segunda mitad de la década de 1970, donde la producción aumento más del doble en su producción y aumento su precio, esto hizo que México se hiciera un poco más independiente en el aspecto económico. Y justamente cuando en el mercado mundial ascendieron de manera espectacular  los precios de los hidrocarburos. “Se iniciaba entonces el espejismo de la riqueza del petróleo”.
       En 1978 México pareció entrar en una inesperada época de abundancia de recursos financieros, pues gracias al petróleo el gobierno contrató grandes préstamos con el exterior. El gasto público aumento, con lo cual la inversión del estado aumento también; se reafirmó la antigua política económica y se retomó el activismo de manera internacional. Pero desafortunadamente el cambio repentino en los mercados petroleros hizo descender el precio de los hidrocarburos y aumentar las tasas de interés. Las consecuencias fueron pésimas, pues al final de esta política equivocada e irresponsable, el déficit alcanzó el 15% del P.I.B. Entre  1977 y 1978 el crecimiento se incremento en una tasa promedio de 35% para llegar en 1980 a 16,900 millones de dólares. Pero en 1981, debido básicamente a la fuga de capitales y la política económica expansionista, el gobierno se vio obligado a aumentar el saldo de la deuda en 19,418 millones, es decir, en un 56% en más de un año.
  


Informe del Presidente José López Portillo, el primero de Septiembre de 1982
donde anuncio la nacionalización de la banca mexicana. 

Para 1982 cuando Miguel de la Madrid llega a la presidencia; la crisis económica del pasado reapareció pero agudizada. En un intento por echar la responsabilidad de lo sucedido al sistema bancario, el presidente decreto su nacionalización bancaria el primero de Septiembre de 1982, aunque en realidad lo que sucedió fue que los bancos privados son los que proporcionan la fuga de capital hacia el extranjero y por ende la elevación del tipo de cambio, principalmente en moneda nacional (peso) con el dólar.
  Durante el inicio del régimen de Miguel de la Madrid, la situación del país era compleja, por una parte, se encontraba la problemática económica, que dificultaba el desarrollo de las fuerzas productivas y, por otra, también se presentó una crisis política y social, porque una proporción de la opinión pública se hallaba en franca oposición al partido oficial, por lo que se presento la necesidad urgente de establecer una nueva estrategia gubernamental. Como la disminución del papel económico del Estado, privatización y desmantelamiento de la economía protegida para estimular el comercio y la inversión externa.

Con Miguel de la Madrid Hurtado
se da un cambio radical revolucionario llamado "Modelo Neoliberal"


   
  Miguel de la Madrid propuso a la nación como lema de su administración la “Renovación Moral”; por primera vez la ética sería tomada como proyecto de gobierno.
     Desde la perspectiva, la salida efectiva de la crisis requería un cambio radical revolucionario: la adopción de un nuevo modelo económico; había uno disponible, y era justamente ese que ya se había adoptado en las economías centrales: el de economía de mercado, privatización y globalización, también llamado “Modelo Neoliberal”.
     El nuevo modelo se montó sobre las tendencias internacionales de la globalización del mercado y el desmantelamiento del llamado “Estado Benefactor”. De esta manera se cerró un capítulo de la historia mexicana que había buscado asentar el desarrollo económico y la independencia política en la creación de una industria nacional basada en el mercado interno y apoyada por un gasto e inversión pública sustantivos. Este capítulo concluyó, porque los recursos en divisas que requerían resultaron muy superiores a los que podía generar. Y concluyó en medio de una gran crisis y un descontento social que en 1988 produjeron una gran cantidad de votación para los partidos de oposición.

1.   Presidentes populistas: Luis Echeverría y José López Portillo son denominados así porque, al vincularse con prácticas autoritarias, paternalistas y clientelistas, obstaculizan el desarrollo y consolidación de los sistemas democráticos del país, además de su “tendencia política  dirigida a explotar los sentimientos de las masas para ganar el favor de éstas”.
2.   Sector paraestatal: Son aquellas instituciones que coopera con el estado sin formar parte de la administración pública.





LECTURA ANALÍTICA CINCO EL “DESARROLLO COMPARTIDO” DE LUIS ECHEVERRÍA (1970-1976) 

Por: Martín Carlos Ramales Osorio 
Ante el aumento del subempleo, el desempleo y la pobreza que había tenido lugar durante el “desarrollo estabilizador”, desde el primer momento de su gobierno Echeverría invocó abierta y explícitamente una etapa de “desarrollo compartido”. 
El acelerado crecimiento demográfico experimentado durante la década de los sesenta, y que alcanzó su cúspide en la década de los setenta, se tradujo en más necesidades de educación, de salud, de vivienda y, sobre todo, de empleo, que sólo se podían satisfacer mediante el aumento de los gastos públicos, incluido el gasto social, a fin de lograr el tan ansiado “desarrollo compartido” echeverrista; o sea, la doble meta keynesiana del pleno empleo y la equidad distributiva. 
La carencia de hospitales, de escuelas, de vivienda para los trabajadores y, sobre todo, la pronunciada desigualdad en la distribución del ingreso, llevaría al presidente Echeverría a proponer una etapa de “desarrollo compartido”, es decir, a la combinación de un alto crecimiento económico (para abatir el subempleo y el desempleo) con reparto equitativo del ingreso (a fin de abatir la pobreza, consecuencia de un reparto sumamente desigual del ingreso que había tenido lugar durante el “desarrollo estabilizador”). 
Resultaba claro, en consecuencia, que el “desarrollo estabilizador” estaba completamente agotado y que era necesario inaugurar un nuevo modelo de desarrollo económico y social. 
De esa manera, y después de que en 1971 el gobierno de Echeverría observara una política de restricción del gasto a fin de frenar la inflación (que para 1970 fue de 4.5 por ciento con respecto al año anterior medida por el índice de precios del PIB) y disminuir el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos (que para 1970 alcanzó los 945.9 millones de dólares), “en 1972 se tomó la decisión de aumentar los gastos públicos para expandir la producción, disminuir el desempleo y mejorar la distribución del ingreso…”. 
No obstante, este aumento de los gastos públicos, al no ser correspondidos por aumentos en la recaudación tributaria y en los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos, degradó fuertemente la situación financiera del gobierno: el déficit del sector público brincó de 10 mil 679.3 millones de pesos en 1971 (2.3 por ciento como proporción del PIB) a 20 mil 39.1 millones de pesos en 1972 (3.9 por ciento como proporción  del PIB), hasta casi alcanzar los 100 mil millones de pesos en 1976 (8.0 por ciento como proporción del PIB). ¡En tan sólo seis años, el déficit del sector público se multiplicó por 9.3 veces! 
Y lo más importante, es que el déficit fiscal se financió en parte con emisión monetaria (la masa monetaria creció a una tasa promedio interanual del 18.2 por ciento durante 1971-1975) y en parte con endeudamiento interno (que aportó el 59 por ciento del financiamiento total) y externo (que proporcionó el 41 por ciento restante de los faltantes públicos durante 1970-1975), de manera tal que esta forma de financiamiento comenzó a desplegar su dialéctica desequilibrante: la reactivación del crecimiento económico a partir de 1972 se acompañó de una aceleración particularmente importante de la inflación y de un aumento significativo del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, este último  producto  en parte  de  la sobrevaluación del peso a
que condujo una inflación doméstica claramente mayor a la del principal socio comercial del país: los Estados Unidos de América. En tanto que el pago de intereses de la deuda pública que se estaba contratando agravaría aún más el déficit fiscal del gobierno.  La administración echeverrista estaba comprometiendo todavía más la situación financiera del país. 
En el fondo, el deterioro del sector externo (déficit en cuenta corriente en aumento) obedecía  a la incapacidad de las exportaciones para crecer al mismo ritmo del ingreso nacional  y de las importaciones de bienes intermedios y de capital que requería la tercera y última fase del proceso de industrialización por la que atravesaba la economía mexicana en esos momentos. Conforme se recuperó el crecimiento económico a partir de 1972, las importaciones aumentaron más deprisa que las exportaciones conduciendo al aumento del déficit en cuenta corriente y, por consiguiente, al correspondiente aumento de la deuda externa para financiarlo. 
En consecuencia, la deuda pública externa, contratada para financiar tanto el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos como el déficit fiscal del gobierno, se incrementó de manera notable durante 1971-1976: de un nivel de 4 mil 545.8 millones de dólares en 1971 (11.6 por ciento como proporción del PIB), se ubicó en 19 mil 600.2 en 1976 (22.4 por ciento como proporción del PIB). ¡En seis años, la deuda pública externa se multiplicó por 4.3 veces! 
Sin embargo, y pese al enorme aumento de los gastos públicos, del déficit fiscal del gobierno y del endeudamiento interno y externo, el crecimiento económico resultó bastante moderado: 5.0 por ciento en promedio anual medido por el PIB a precios de 1960, a todas luces insuficiente para solucionar el problema del subempleo y desempleo heredado del “desarrollo estabilizador”. Más que acercarse la economía al pleno empleo se alejó.¿Qué factores, sin embargo, explican este crecimiento económico tan moderado a pesar de la enorme expansión de los gastos públicos? Básicamente se distinguen los siguientes: 
Primero: el periodo 1971-1976 se caracterizó por una fuerte yuxtaposición entre dos orientaciones diferentes de la política económica: la del gobierno, que intentaba romper con el pasado del desarrollo estabilizador y dinamizar la economía gracias a una política keynesiana expansiva que alentara la producción y el empleo, y la del Banco de México, de inspiración friedmaniana y que intentaba oponerse a la política gubernamental gracias a medidas de restricción monetaria y del crédito. En consecuencia, la política monetaria y del crédito restrictiva del Banco de México, contraria a la política de finanzas públicas expansivas del gobierno, llevó a la economía mexicana a una situación de freno y arranque con graves consecuencias a nivel económico y social. 
Segundo: en la medida en que el gobierno aumentó el gasto público disminuyó la inversión del sector privado (el famoso efecto crowding-out expulsión del tradicional libro de texto de macroeconomía), sobre todo de la pequeña y mediana empresa. Al colocar parte de los valores gubernamentales en la banca comercial para financiar su déficit presupuestal, el gobierno mermó recursos para financiar proyectos de inversión de las empresas privadas, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas ya que las grandes pudieron recurrir a los préstamos de la banca internacional. Esa situación, junto a la ausencia de una política monetaria y del crédito de “acompañamiento” por parte del Banco de México, no permitió a la economía fluir con celeridad. Cabría esperar que a la política fiscal expansiva del gobierno le correspondiera una política monetaria y del crédito también expansiva por parte del Banco de México, cosa que desafortunadamente no ocurrió. 
Tercero: cabe destacar, por último, que muchos de los proyectos productivos que se echaron a andar durante la gestión echeverrista no rindieron los frutos esperados debido a la falta de planeación adecuada, a los ineficientes manejos financieros, a los inevitables casos de corrupción y al afán por verlos terminados antes de que finalizara el sexenio.
De manera tal que se dio ahí un desperdicio importante de recursos que eran vitales para sostener el ritmo de crecimiento de la economía del país. e esa manera, poco después de mediados de 1976 estalló en el país una crisis de balanza de pagos de enormes proporciones. La paridad peso-dólar, que se había mantenido en 12 pesos con cincuenta centavos durante 22 años (recordemos que la última devaluación había tenido lugar en Semana Santa de 1954 bajo la gestión de Adolfo Ruiz Cortines), finalmente no se pudo sostener y el peso se devaluó a fin de corregir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, consecuencia éste del aumento desmesurado de los gastos públicos que se financiaron con emisión monetaria y con endeudamiento interno y externo que generaron una dialéctica desequilibrante al interior de la economía mexicana. Interpretación esta última que sería la explicación ortodoxa del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la primera gran crisis de balanza de pagos de México, pues otras crisis sobrevendrían después.


Desarrollo compartido, el México de los 70: Paradigmas

“El Desarrollo Compartido fue un plan de corte populista que buscaba compartir los beneficios del crecimiento y una alianza entre obreros y campesinos”


CIUDAD DE MÉXICO.- En 1970, Luis Echeverría tomó posesión como presidente. La sucesión presidencial no fue sólo el cambio de hombre, sino el cambio de retórica. En palabras de la maestra Valeria Zepeda: “El Desarrollo Compartido fue un plan de corte populista que buscaba compartir los beneficios del crecimiento y una alianza entre obreros y campesinos”.
En los primeros meses de la presidencia de Echeverría el nivel de actividad económica estaba deprimido, en parte por el menor gasto gubernamental por ser inicio de sexenio. Para poner en marcha a la economía se decidió llevar a cabo varios proyectos de inversión, aun cuando éstos no fueran relevantes. El objetivo era aumentar la producción en el corto plazo.
Como economistas, más que el nivel del PIB o su tasa de crecimiento, lo que debemos analizar es el bienestar de los individuos. La reactivación de la economía vía gasto del gobierno aumentará la producción, pero si este gasto no es utilizado en la creación de bienes o en la inversión de proyectos lo suficientemente valiosos para la sociedad, entonces el gobierno tan sólo empeorará la situación de las personas pues estará desviando recursos a actividades de poca productividad.
Para el año siguiente, la recaudación aumentó, pero el gasto público se incrementó en más del doble (10.4% contra 21.2%). El déficit fue cubierto, en cierta medida, por la emisión de billetes del Banco de México. Tanto la política fiscal, como la política monetaria tuvieron un sesgo expansionista. El PIB creció 8.5% en ese año.
La inercia de estas políticas continuó en los años siguientes. A medida en que el gasto crecía, éste fue cubierto vía la emisión monetaria del Banco Central, pero también mediante deuda externa (la cual de 1974 a 1976 se duplicó). Con ello se generaron presiones sobre el tipo de cambio, que comenzaba a estar sobrevaluado. Debido a ello, las importaciones se volvieron relativamente más baratas en relación a la producción local, propiciando así déficits en la balanza comercial. El proceso de reajuste cambiario se vislumbraba inevitable.
Ante este escenario, los inversionistas decidieron retirar sus capitales ante la inminente depreciación del peso. Si mantenían sus inversiones en México, éstas valdrían menos en relación con las inversiones hechas en alguna otra moneda. Esto desató una fuga de capitales, a pesar de los incentivos fiscales para contener su salida.
La presión cambiaria culminó en septiembre de 1976 cuando el tipo de cambio se devaluó 59%; esto en medio de una fuerte tensión entre el gobierno y el sector privado. Con el objetivo de evitar mayores conflictos políticos, Echeverría decidió subir los salarios, decisión que hizo más largo y doloroso el reajuste económico: la actividad industrial disminuyó, el consumo privado cayó y se generaron presiones inflacionarias.
Dos meses después, Echeverría dejó la presidencia para que José López Portillo la ocupara (vale la pena señalar que fue el único candidato registrado en dicha elección presidencial). La recuperación de las relaciones del gobierno con el sector privado fue de suma importancia para la nueva administración, así como la estabilización de la economía. El programa propuesto por el Fondo Monetario Internacional para recuperarse de la crisis fue cabalmente cumplido. El déficit en la balanza de pagos disminuyó, pero algo pasó a inicios de 1978: se descubrieron enormes yacimientos de petróleo en el sureste del país.
A López Portillo le gustaba decir: “los países del mundo se dividen en dos tipos: los que tienen petróleo y los que no lo tienen, y México tiene petróleo”. Así es como la economía retomó una vez más la senda del crecimiento inflacionario, el gasto del sector público aumentó más de 30% en ese año, en tanto que los ingresos fiscales no crecieron de manera significativa. Uno de los destinos del gasto fue el Sistema Alimentario Mexicano (SAM), programa cuyo objetivo era lograr la autosuficiencia en la producción de alimentos, es decir, se buscaba encauzar los ingresos de la exportación de petróleo para la producción del campo, con la consigna básica de “sembrar el petróleo”.
El desequilibrio externo se hizo patente a través de una balanza de pagos deficitara y una constante sobrevaluación del tipo de cambio. Es curioso notar cómo una época de bonanza, como el descubrimiento de mantos petrolíferos, concluyó en un deterioro de la estructura económica. A este tipo de fenómenos se les conoce como la “enfermedad holandesa.
La situación se volvió insostenible cuando en mayo de 1981 se dio una ligera caída en el precio del petróleo. Si bien la caída no fue muy grande, el problema fue el error de diagnóstico tanto del gobierno como de una parte del sector privado. Ambos consideraron que la caída de los precios del petróleo era un fenómeno transitorio, por lo que mantuvieron su nivel de gasto y financiaron el déficit vía deuda. En realidad, dicha caída inauguraría un  periodo de bajas sistemáticas en el precio del petróleo que terminaría por volver insostenibles los niveles de gasto público y elevaría los niveles de endeudamiento del sector público y del privado.
Una nueva devaluación se hizo presente. En febrero de 1982, el peso perdió casi la mitad de su valor frente al dólar. Las intenciones del gobierno por evitar una recesión fueron incongruentes. Por un lado, anunciaba el recorte en el gasto; pero, por otro, decidía aumentar los salarios. Parece que la historia se repite seis años después: devaluación, estrategias erróneas por contener la crisis y tensiones con el sector privado.
En esta ocasión, el conflicto fue con el sector bancario. En septiembre de su último año de gobierno, López Portillo tomó la inesperada decisión de expropiar a los bancos comerciales. Su razón (o excusa) fue que ellos provocaron la fuga de capitales que desembocó en la devaluación.





Neoliberalismo o desarrollo hacia afuera


Para impulsar el crecimiento auto sostenido de la economía mexicana se debían corregir las limitaciones que generó el esquema anterior en materia de concentración de la riqueza, ineficiencia productiva, sesgo anti exportador y baja capacidad de ahorro interno.

Este modelo se propuso otorgar un papel protagónico al mercado en la asignación de los recursos,incrementar la participación de los agentes privadosen las decisiones económicas e incorporarse a la creciente integración económica mundial, con el propósito de mejorar la eficiencia y la competitividad de la planta productiva nacional.


Para México era necesario reforzar sus vínculos comerciales con EUA.

Para esta nueva estrategia se definieron dos vertientes sobre las cuales se actuaría en forma simultánea:
·      Estabilización macroeconómica: reducir la inflación y corregir los precios relativos, contener la demanda agregada, reducir el gasto público. incrementar los ingresos, fomentar el ahorro interno, desalentar las importaciones y reducir los desequilibrios en el comercio exterior.
Para combatir la inflación se corrigieron las finanzas públicas, debido a que el origen del crecimiento de los precios era el déficit fiscal.

·      Modernización de la economía nacional

Se regresó al sistema estabilizador en materia de política fiscal y monetaria, pero se rompe con el proteccionismo, el control de tipo de cambio, de excesiva regulación a la inversión extranjera, de salarios y de precios agropecuarios.

v Política Fiscal
Del lado del gasto se disminuyeron los subsidios y transferencias que no tuvieran un claro beneficio económico y social. Se plantearon medidas de austeridad y eficiencia en la ejecución del presupuesto y la jerarquización del gasto de inversión, favoreciendo proyectos con periodos cortos de maduración.

Del lado de los ingresos hubieron reformas fiscales orientadas a promover el aumento de los ingresos públicos que no provinieran del sector petrolero y elevar la competitividad internacional del sistema impositivo mexicano, a través de la reducción de las tasas impositivas, la ampliación de la base gravable y la simplificación de la administración fiscal.




v Política Monetaria
Se abandona el encaje legal y el coeficiente de liquidez.
El financiamiento al sector público se realizó a través de operaciones de mercado abierto mediante la colocación de valores gubernamentales con tasas de interés competitivas; esto favorecía el ahorro interno y estimulaba la entrada de capitales del el ahorro interno y estimulaba la entrada de capitales del exterior.

Ingresó al país un importante monto de capitales foráneos; para evitar la inflación, se aplicaron medidas con objeto de regular el exceso de liquidez de la economía.

En la política cambiaria, se mantuvo un régimen de tipo de cambio dual, uno libre y otro controlado.


v Política de Comercio Exterior
Debido a que México exportaba en un 80% únicamente petróleo, a partir de 1985 se inició la política de liberación comercial; eliminación de las restricciones no cuantitativas a la importación, acompañada de la disminución de los niveles arancelarios y su dispersión.
Apertura comercial (eliminación de controles no arancelarios y firma de tratados comerciales): se consigue estabilizar el crecimiento de los precios mediante la competencia. Esta apertura comercial fue un elemento destacado en el combate a la inflación.

v Política de Modernización
El modelo actuó sobre tres aspectos básicos:
1. La redefinición del papel del Estado en la economía, reduciendo la intervención económica directa para alentar una mayor participación de los agentes privados en la satisfacción de las demandas de la población, hacer más eficiente la gestión productiva de la sociedad y elevar la eficiencia del aparato público en materia económica, administrativa y de rectoría en el proceso de desarrollo económico.
2. Desregulación económica para reducir los controles gubernamentales y redefinir los esquemas y espacios de participación de agentes privados, buscando generar un clima comercial y productivo más competitivo que propiciara la modernización de áreas o actividades económicas.
3. Apertura comercial, encaminada a incrementar el intercambio con todas las naciones del mundo para promover la eficiencia y competitividad externa de los productos mexicanos.

v Política Salarial y Agropecuaria
Dejó al mercado la determinación de los salarios contractuales y de los precios de los bienes agropecuarios.
Los precios de los bienes agropecuarios, dados los tratados internacionales y la reducción de los aranceles, buscaron orientar la producción hacia los bienes exportables, lo que haría posible captar las divisas requeridas por el sector para cubrir su déficit y a la vez capitalizarse.

Resultados Generales

A diferencia del periodo anterior el crecimiento alcanzado se acompañó de una tasa de inflación a la alza, la cual pasó de 5% en 1971 a 98.8% en 1982, siendo la tasa promedio del periodo igual a 25.4%. El empleo aumentó a una tasa promedio anual de 4.2%, menor a la registrada por la población económicamente activa (5.1%).

Como resultado de la estrategia expansiva en el gasto público, el déficit del sector presupuestario se incrementó de forma constante y significativa al pasar de 0.03 % del PIB en 1971, a 10.97% en 1982, contribuyendo a que el déficit en cuenta corriente se agudizara al pasar de 928.9 mdd en 1971 a 6,220.9 en 1982, lo que representó el 3.2% y 3.5% del PIB respectivamente.

Para financiar tan espectacular crecimiento en el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos, en 1982 el sector público asumió una deuda en los mercados internacionales de capital, con un monto de 5,549.1 mdd, provocando que el saldo de la deuda pública con el exterior ascendiera en ese año a 58,874.2 mdd.

Al desplomarse la captación de divisas procedentes del petróleo, inmediatamente se hicieron evidentes los desequilibrios estructurales de la economía junto con el déficit externo, el fiscal, la reducción del ahorro interno, el excesivo endeudamiento externo e interno y la acumulación de rezagos productivos.

En conjunto, estos elementos condujeron a una caída de la actividad eco- y a la reducción del ingreso per cápita. Además, la profundidad del desequilibrio externo provocó que la moneda se devaluara bruscamente, impactando negativamente sobre el saldo de la deuda externa expresada en pesos y repercutiendo en la confianza de los agentes económicos, dando lugar a fugas de capital.
El fin del ciclo de expansión económica, apoyado en el auge petrolero, puso de manifiesto el agotamiento del modelo, que se vio agudizado por la presencia de fenómenos de índole externo, magnificando los desajustes macroeconómicos a niveles nunca antes vistos en el país, situación que motivó la revisión a fondo de la estrategia macroeconómica.


 

CAUSAS DEL FRACASO DEL DESARROLLO COMPARTIDO - Aumento de la deuda externa - Desequilibrios comerciales INTERNAS - Insuficiencia de los apoyos al campo - Planta productiva ineficiente y poco competitiva - Fuerte aumento del gasto Público - Inflación y fuga de capitales Caída de los precios del petróleo EXTERNAS Alza de las tazas de interés internacionales 












ENCUESTA
1-. Ustedes saben lo que es desarrollo compartido?
a)    Si      B) no

2-, Creen que en los años 1970 se incremento más el gasto público?
A) Si     B) Bastante   C) Maso menos    D) No

3-. El desarrollo compartido beneficia a la sociedad o a los políticos?

A)   Sociedad    B) Políticos     C) Ambos

4-. El desarrollo Compartido ayudo a reducir la deuda externa?
A)   No   B) SI   C) No lo se

5-.  Luis Echeverría Álvarez, su gubernatura fue la mejor entre los años 1970 y 1976?
A)   Si       B) No    C) Fue la peor

6-.  José López Portillo dio realmente un cambio económico después del mal manejo de Luis Echeverría’?
A)   Si     B) No     C) Un poco

7-. José López Portillo hizo bien tener contratos en el exterior?
A)   Si      B) No

8-. La deuda externa a perjudicado a los mexicanos al paso de los años?
A)   Si          B) No     C) Mucho

9-. Echeverría supo manejar su desarrollo compartido?
A)   No   B) Si    C) Para nada

10-. Echeverría y Portillo, hicieron un cambio económico y social con su “Desarrollo Compartido”?
A)   Si   B) No   C) Para nada
11-. El desarrollo compartido si busco los beneficios del crecimiento y alianza entre los obreros?
A)   Si                 B) No

12-. Se buscó el bienestar de lo individuos?
A)   Nunca   B) No    C) Si

13-. Echeverría hizo bien al subir los salarios en el año 1976?
A)   Si     B) No    C) No lo se

14-. El petróleo ha beneficiado a México durante el paso de los años?
A)   Si    B) No   C) Mucho

15-. Se te hizo interesante el blog?
A)   Si    B) No     C) Un poco